jueves, 27 de marzo de 2008

Palabras mágicas

“Hola nena”, dijo pasando su mano por mi espalda. Y yo ya no escuché nada más.

lunes, 17 de marzo de 2008

Aviones II

“… y rogamos a los señores pasajeros que antes de descender controlen no olvidar ninguno de sus (d)efectos personales en el avión”

Yo creo que los defectos los traje todos conmigo (mezclados con alguna que otra virtud). Lo que si dejé por allá son algunas mochilas que, a estas alturas del viaje, ya me andaban pesando un poco. Por las dudas no les puse etiqueta con mi nombre. No vaya a ser que aparezca algún alma generosa, de esas que nunca faltan, y se le ocurra devolvérmelas.

domingo, 9 de marzo de 2008

Bambino´s Pizzeria (Cusco)

A: Prefiere pizza pequeña, mediana o grande señorita?
B: La pequeña cuantas porciones tiene?
A: ocho señorita
B: y la mediana?
A: ocho señorita
B: ok, entonces la mediana.

lunes, 3 de marzo de 2008

Aviones

Escucho las instrucciones de la azafata sin oírlas, pienso que si realmente el avión se estrellara en el medio del océano sería una de las primeras en morir ahogada o congelada. Igual no me importa. Me divierte como hacen la mímica de memoria, agitando los brazos de arriba hacia abajo como si realmente estuvieran interesadas en lo que hacen. Pienso que ellas también se morirían ahogadas. Cuando me aburro comienzo a mirar por la ventanilla. Me ajusto el cinturón cuando me lo indican, porque después de todo soy obediente y no quiero causar problemas a nadie. El ruido de las turbinas tapa las voces y me hace olvidar que estoy rodeada de otros pasajeros. Vuelvo a mirar por la ventana. La tierra gira un poco, o es el avión el que gira. Me esfuerzo por mantener la vista en un solo punto: la torre del aeropuerto, las luces de la pista de aterrizaje, algo que me sirva de referencia para verlo achicarse hasta desaparecer. Una casa se convierte en un montón de cuadrados, después en un manchón verde y finalmente en nada. La cancha de river es un metegol, las calles pistas para autitos de juguete, la ciudad entera un manchón gris y zaz, de nuevo nada. Y así con todo. Desde lo alto miro por la ventanilla y elijo lo que no me gusta para hacerlo desaparecer como por arte de magia. Después el cielo, las nubes, el silencio.